miércoles, 29 de mayo de 2013

Un abogado de la palabra en la RAE

Las palabras no siempre fueron libres. En momentos y lugares, aún no lo son. Que la expresión irrumpa sin trabas ni siquiera es una vieja tradición en la vieja Europa. Santiago Muñoz Machado (Pozoblanco, Córdoba, 1949), que sabe mucho de leyes, recordó ayer que el derecho a la libertad de expresión, a la que consagró su discurso de ingreso en la Real Academia Española (RAE), Los itinerarios de la libertad de palabra, tiene un pasado tan corto que se cuenta por décadas. “Tenemos la ideología común de la libertad de palabra como si fuera de toda la vida y solo la hemos estrenado a finales del siglo XX”, advertía unos días antes por teléfono desde su domicilio. “Es importante recordarlo para no banalizar una conquista que ha costado varias centurias y, sobre todo, para no distraerse ante cualquier nueva amenaza”, advirtió ayer.
En España, el espaldarazo definitivo se produjo en enero de 1988 con una sentencia del Tribunal Constitucional y en Inglaterra se dio esa contradicción tan británica de juntar represión y libertad. Había sido el primer país europeo que abolió la censura previa a la impresión a cambio de duras medidas represoras a posteriori y fue, por el contrario, uno de los últimos en dinamitar las viejas leyes anti libelo, en 1998, que amparaban el poder frente a las críticas. “La verdad”, recordó Muñoz Machado, “no tenía ninguna fuerza exonerarte”.
El jurista glosó la figura de su antecesor en el sillón “r” minúscula, Antonio Mingote, como mucho más que un humorista (“tenía la introspección del pensador y la manera de trabajar del editorialista”) y un hombre marcado por la tolerancia, como ilustra una cita del fallecido dibujante de Abc: “Mi corazón está con mucha gente de la derecha, que es simpática y generosa, y mi pensamiento con mucha gente de la izquierda, que tiene razón”. Y también fue la tolerancia reivindicada por algunos pensadores del siglo XVI el motor que removió el statu quo de aquellos días donde la intransigencia —religiosa, científica, política— gobernaba desde la hoguera. “Matar a un hombre no es defender una doctrina, es matar a un hombre”, proclamó Sebastián Castellio contra el fanatismo de Calvino, que achicharró a Miguel Servet y a sus libros el 27 de octubre de 1553 a las puertas de Ginebra. Otros pensadores, entre ellos Spinoza, Locke o Milton, se sumarían en el futuro a esta corriente aperturista que acabaría rompiendo corsés a lo largo de los siglos hasta que en EE UU le dieron la última vuelta de tuerca en 1964 con una sentencia del Supremo que defendió “la libertad de palabra como una proyección del principio democrático”, expuso el nuevo académico, que recibió respuesta de José Manuel Sánchez Ron, uno de los tres avalistas de su candidatura, ante la presencia de los ministros José Ignacio Wert y Ana Mato. Ante los desafíos actuales, ya sean los “discursos del odio” en la calle o la bulimia expresiva de Internet, el jurista propone la misma receta que sus clásicos: “Las palabras solo se contrapesan con más palabras y los discursos con más discursos”.

El valor educativo de los cuentos tradicionales

Más de un centenar de escolares de 3º y 4º de Primaria de Artxandape Ikastola han participado  en el taller Gazteak, ipuin egarri…, impartido por el filólogo, cuenta-cuentos y escritor vasco Antton Irusta y organizado por GOAZ museum-Museo del Nacionalismo Vasco.
De lo que se trata con estos talleres, dirigidos a los más pequeños, es buscar el desarrollo de la capacidad de comprensión y expresión, mediante el estudio de modelos orales y escritos y la composición de relatos originales, propiciando que los alumnos y alumnas escriban, transformen, planifiquen, imaginen y valoren los cuentos.
Irusta, experto en trabajar en la enseñanza de este tipo de talleres, pretende que los niños y niñas sientan curiosidad y aprecio por el cuento tradicional y la creación literaria como medios de conocimiento de la cultura vasca y de la sociedad en la que vivimos. Que se sientan atraídos por la lectura de textos y cuentos tradicionales, así como por la creación individual o en grupo.

domingo, 12 de mayo de 2013

La RAE incorpora tres nuevos términos relativos a Twitter al idioma

Para estar a tono con toda la revolución social que vive Internet desde que empezaron a aparecer las primeras redes sociales actuales, en la edición 2014 del manual se incluirán términos como “tuit”, “tuitero”, “tuitear”. Recordemos que Google ya tiene sus palabras incluidas en el diccionario, como googlear.
De esta forma la RAE se adapta a un lenguaje cada vez más habitual entre la gente, abandonando las voces que critican el deterioro que provoca, según ellos, estas redes sociales, y adaptándose a tiempos actuales donde en la red de redes el idioma indiscutiblemente fue sufriendo transformaciones. Esto es muestra del cambio que está tomando esta institución que, desde hace tiempo, ya dispone de una cuenta personal en  Twitter.

Reglas ortográficas de la "G" y la "J"

Palabras que se escriben con G

Después de al, an y ar se escribe con Ge, Gi y no con je , ji.
Álgebra, algebraico, álgido, algidez, ángel, Ángela, Angélica, angelical, angelito, Ángel, Argelia, Argentina, argentar, evangelio, evangélico.
Aljibe.


Las palabras que contienen la combinación gen.
General, genial, generar.
Jengibre, ajenjo, berenjena, comején, y la tercera persona de plural de imperativo de los verbos cuyo infinitivo termina en jar: trabajen, viajen, dibujen, rebajen.


Las palabras que comienzan o terminan con el prefijo griego geo (tierra).
Geografía, geometría, geología, geodesia, geopolítica, apogeo, hipogeo, perigeo, geocéntrico, geoestacionario, geotectónico, geólogo.


Las palabras que comienzan por legi, legis, gest.
Legible, legión, legislar, legislatura, legítimo, legitimar, gesto, gestar, gesticular, gesta, gestión, gestación, gestor.
Lejía, lejos, lejanías, lejísimos.


Las formas verbales de los verbos cuyo infinitivo termina en ger, gir o gerar se escriben con G cuando llevan ge o gi.
Recoger, recoges, recogí, recogiste, recogimos, coger, acoger, escoger, encoger, proteger, emerger, dirigir, corregir, exigir, urgir, surgir, regir, rugir, erigir, refrigerar, exagerar, aligerar.
Tejer, crujir.


Las palabras terminadas en gio, gia, gía.
Contagio, privilegio, colegio, refugio, prodigio, subterfugio, presagio, adagio, prestigio, litigio, sortilegio, sufragio, sacrilegio, elogio, regio, nostalgia.
Apoplejía, bujía, crujía, herejía, lejía, tejía.


Las palabras terminadas en gión, gionario, gioso, ginoso y gismo.
Región, religión, legión, legionario, religioso, contagioso, prodigioso, prestigioso, elogioso, vertiginoso, oleaginoso, neologismo, silogismo.
Espejismo, salvajismo.


Las palabras terminadas en gésimo, gesimal, gésico, gético.
Vigésimo, trigésimo. Cuadragesimal, sexagesimal, analgésico, energético.


Las palabras derivadas del latín agere (hacer, actuar, conducir) y del griego agein (conducir).
Agenda, agente, agencia, agenciar, agencioso, ágil, agilidad, agilizar, ambages, exigente, intransigente, prodigio.


Las palabras derivadas del latín angelos (mensajero).
Ángel, angelical, arcángel, evangelio, evangélico, evangelizador.


Las palabras derivadas del griego ergon (trabajo, obra)
Energía, enérgico, energético, energizar, ergio, cirugía, quirúrgico, liturgia, litúrgico, metalurgia, metalúrgico, siderurgia.


Las palabras derivadas del latín fugere (huir, escapar).
Fugitivo, refugio, refugiado, refugiar (se).


Las palabras derivadas del latín frigidus (frío) y gelare (congelar).
Refrigerar, refrigerador, refrigeración, refrigerante, refrigerio, gelatina, gélido, gel, congelar, congelado.


Las palabras derivadas del latín genus (raza, especie) y del griego genos, genea (familia, linaje).
Generar, generación, género, genérico, general, generalizar, progenitor, gente, gentilicio, primogénito, genes, original.


Las palabras derivadas del latín gerere (llevar, actuar).
Gesto, gesticular, gesta, gestación, gerente, gerencia, gerencial, gestor gestar, gestión, ingestión, registrar, sugerir, gerundio, beligerante, sugestivo.


Las palabras derivadas del latín legere (leer, escoger) y lex (ley) y del griego logos (razón).
Legible, legendario, legión, legionario, diligente, negligente, inteligente, elegir, colegio, sacrilegio, sortilegio, legislar, legítimo, privilegio, lógica. Logia: analogía, antología, antropología, apología, astrología, etimología, filología, biología.


Las palabras derivadas del latín longus (largo).
Longitud, longitudinal, longevo.


Las palabras derivadas del latín regere (dirigir) y rex, regis (rey).
Regir, regente, regencia, regentar, regidor, regio, egregio, régimen, regimiento, región, regional, corregir, corregimiento, corregible, dirigir.


Las palabras derivadas del griego gynee (mujer) y gymnos (desnudo).
Ginecología, ginecólogo, gineceo, ginecocracia, gimnasia, gimnasio, gimnasta.


Las palabras derivadas del latín magister (maestro).
Magisterio, magistrado, magistral, magistratura, magíster.

Palabras que se escriben con J

Las palabras derivadas de sustantivos o adjetivos terminados en ja, jo.
Caja, encaje, cajetilla, fijeza, vejez, ojear, ojeras, relojero, relojería.


Las palabras que comienzan por adj y por obj.
Adjetivo, objetivo, objeción, objetar, objeto, objetividad.


Las palabras terminadas en aje y en eje.
Lenguaje, personaje, embalaje, despeje, hereje, eje, tejemaneje.
Ambages, proteger, proteges.


Las formas verbales pretéritas y subjuntivas de los verbos cuyo infinitivo termina en decir, ducir, traer.
Dije, deduje, reduje, traduje, predije, bendije.


Las formas verbales de los verbos cuyo infinitivo termina en jar o jear.
Trabaje, trabajen, forcejeo, forcejeamos, Hojean, cojea, canjean, granjearon, trajear, baje, rajen.


Los sustantivos y adjetivos terminados en jero, jera, jería.
Extranjero, agujero, consejero, granjero, pasajero, flojera, tijera, consejería, relojero, relojería, cerrajero.
Ligero.


Las palabras derivadas del latín jacere (yacer) y subiectare (poner debajo).
Adjetivo, conjetura, objetar, objeción, objetivamente, sujeto, sujetar, sujeción, subjetivo.

Reglas ortográficas de la"B" y la "V"

Palabras que se escriben con B

Las palabras que contienen bla- ble- bli- blo- blu-.
Tiembla, tembló, habla, cable, tabla, Biblioteca, bloque, blusa, bledo, Biblia.
Vladimir.


Las palabras que contienen bra- bre- bri- bro- bru- .
Brasa, breve, cobra, cubre, brote, bruto, colibrí, abrupto, abrumador.


Antes de consonante se escribe b y no v.
Libre, abdomen, obligatorio, lombriz, obvio, Brigadier, ombligo, cabra, tabla absoluto,


Después de m siempre se escribe con b.
Tiembla, tembló, Colombia, cambio, hombre, hombro, timbre, émbolo, embalse, zambullirse.


El pretérito imperfecto de los verbos terminados en -ar y del verbo ir.
Cantabas, bailabas, estudiábamos, ordenaban, hablabais, miraban, caminabas, apuntaba, iba, ibas, íbamos, ibais, iban.


Los prefijos bi- bis- biz- que significan dos o dos veces.
Bimotor (dos motores), bimestre (dos meses), bisectriz (dos partes iguales), bisabuelo (dos veces padre), bisnieto (dos veces hijo), bizcocho (Pan sin levadura que se cuece dos veces), bizco (persona que ve doble).


Las palabras que empiezan o terminan con bio que significa vida.
Biología, biografía, Bioquímica, biorritmo, microbio, anaerobio.


Las palabras que comienzan con bene, bien, bono cuyo significado es bien.
Benefactor, benevolente, bienaventurado, bondadosa, bonita, bienestar.


Las palabras que comienzan con bibli- cuyo significado es libro.
Bibliografía, Biblioteca, Biblia, bibliófilo, Bibliotecario.


Las palabras que comienzan con el prefijo sub- (que significa bajo, debajo, inferior, secundario, disminuido).
Suboficial, Subteniente, Subsecretario, subconjunto, subasta, subrayar, subordinado, submarino, subjetivo.


Las palabras que comienzan con alb-.
Alba, albañil, albaricoque, álbum, albur, albatros, albedrío, alberca, albergue, albino, albóndiga, alborada.
Álvarez, Álvaro, álveo, alveolo, alverja, alveario.


Las palabras que comienzan con bu-.
Buque, burro, bufanda, bueno, búho, búfalo, buey, buitre, buche, bufé.
Vudú, vuelco, vuelo, vuelta, vuestro, vulcanizar, vulcanología, vulgar, vulgo, vulnerable.


Las palabras que comienzan con cub-.
Cubo, cúbico, cuba, cubilete, cubierto, cubículo, cubrir.


Las palabras que empiezan con hab- y heb-.
Haber, habitación, hebra, hebreo, Habana, habano, hábil, hebilla.
Hevea (caucho y nombre de un producto).


Las palabras que comienzan con lab- rab- sab- tab-.
Labor, laboratorio, labio, laberinto, labrado. Rabia, rabino, rábano, rabadilla, rabo. Sábado, sábana, sabana, saber, sabotaje. Tabla, taburete, tabaco, tabaquismo, tabú.
Lavar, lava ( de volcán), lavanda, ravioles, savia.


Las palabras que comienzan con ob-.
Objeto, obispo, obrero, obeso, obelisco, oblicuo, obtuso, obturador, obedecer, obcecado, obligatorio, óbolo, observatorio.
Oveja, Oviedo, Ovidio, overol, ovillo.


Las palabras que comienzan con trib- rib- y turb-.
Tribu, tribuna, tributo, turbio, turbina, ribera (orilla), ribete.
Trivial y sus derivados, rival y sus derivados, rivera (arroyo).


Las palabras que comienzan con urb- que significa ciudad .
Urbe, urbanidad, urbano, urbanización, urbanista, urbanizable.


Los verbos que termina en -ber.
Beber, caber, deber, haber, saber, sorber, absorber.
Absolver, atrever, conmover, disolver, envolver, mover, precaver, prever, remover, resolver, revolver, ver, volver.


Las palabras que terminan en -bilidad.
Amabilidad, aplicabilidad, contabilidad, habilidad, solubilidad, inviolabilidad, imposibilidad, probabilidad.
Movilidad, civilidad.


Los verbos que terminan en -bir y -buir, así como todas sus formas conjugadas.
Recibir, distribuir, contribuir, concebir, imbuir, atribuir, retribuir, escribir, describir, suscribir, subir, exhibir, prohibir, sucumbir.
Hervir, servir, vivir, convivir, revivir.


Las palabras que terminan en -bunda, -bundo.
Tremebundo, nauseabundo, moribundo, abunda, vagabundo, furibundo.


Las palabras derivadas del latín árbiter (árbitro).
Arbitraje, arbitrar, arbitral, arbitrario, arbitrio, arbitrariedad, arbitrariamente.


Las palabras derivadas del griego ballein (arrojar) y ballezein (bailar).
Bala, balística, balompié, baloncesto, bola, parábola, bólido, bolo, boliche, ballesta, émbolo, símbolo, baile, bolero, balada, diablo, discóbolo.


Las palabras que se derivan del latín barba y barca.
Barbado, barbería, barbero, barbudo, imberbe, barbilla. Barco, barquero, barquito, embarcación, embarque, barcaza.


Las palabras derivadas del griego barys (pesado, grave).
Barómetro, barítono, barisfera, barométrico.
varita.


Las derivadas del latín bucca (boca), bellum (guerra) y caput (cabeza).
Bocado, bocadillo, bocacalle, bocazas, boquete, boquilla, desembocadura, boquiabierto. Bélico, belicoso, beligerante, rebelión, rebelde. Cabezón, cabecera, cabecilla, cabecear, cabestro, encabezar.


Las derivadas del latín labor (trabajo) y liber (libre).
Laboral, laborable, laborar, laboratorio, laborioso, laboriosidad, labrar, labriego, labrador, elaborar, colaborador. Liberación, libertad, liberal, liberador, libertador, libero, libertino, libertinaje.


Las palabras derivadas del latín ruber (rojo) y tribuo (dar).
Rubio, rubí, rubor, ruborizado, ruborizarse. Tributo, tributar, tributario, contribuir, contribuyente, contribución, atribuir.

Palabras que se escriben con V

Después de d y n se escribe v.
Adverbio, invierno, envidia, envase, adversario, investigación, envoltura, convulsión, convivir, invitar, invento, envejecido, advertencia, invicto.


Después de ol se escribe v.
Olvidar, inolvidable, resolver, polvo, polvoriento, solvente, disolver.


Los pretéritos indefinido e imperfecto y el futuro de subjuntivo de los verbos estar, tener, andar y sus compuestos.
Tuve, estuve, tuviera, estuviera, anduve, anduvo, retuvo, contuvimos, obtuviese, tuviere, tuviese.


Las palabras que comienzan por vice- (en vez de, hace de) y villa- (pueblo, casa de campo).
Vicerrector, viceministro, vicealmirante, villancico, villano, villorrio.
Bíceps, billar.


Las palabras que comienzan con clav- y salv-.
Clavo, clave, salvavidas, salvaje, salvedad, clavel, clavícula, clavija, conclave, enclave, salvo, salvados.


Las palabras que comienzan con div-.
Dividir, diversión, divino, diva, diván, divergencia, divagar, divisa, divulgar, divertido, diverso, divorcio.
Dibujo, dibranquial.


Las palabras que comienzan con eva- eve- evo- evi-.
evitar, evidencia, evidente, evadir, evasor, evaporar, evacuar, evocar, evangélico, eventualmente, evolución, evento.
Ebanista, ébano.


Las palabras que comienzan con nav- nov- pav-.
Nave, novia, noveno, navaja, novela, navidad, pavo, pavesa, pávido.
Nabo, noble, pabellón, Nobel.


Después de pra- pre- pri- pro.
previo, depravado, privado, proveer, previsto, providencia, provocar, privilegio, provecho, proverbio, provinciano.
Prebenda, probable, probar, problema, probo.


Las palabras terminadas en -ava -ave -avo -eva -eve -evo -iva -ivo.
Octava, clave, grave, nueva, leve, suave, comunicativo, legislativa, llamativa, fugitivo, paliativo, Medievo, activo, pasivo, pavo, pensativa, permisivo, recursivo, bravo.
Baba, haba, sílaba, traba, árabe, jarabe, cabo, lavabo, nabo, menoscabo, rabo, ceba, prueba, mancebo, placebo, recebo, sebo, criba, giba, arribo, estribo, recibo.


Las palabras terminadas viro- vira- ívoro-ívora.
Elvira, carnívoro, herbívora, omnívoro, triunviro, revira.
Víbora.


Las palabras derivadas del latín cavus (hueco).
cavar, caverna, cueva, cavidad, concavidad, cavernícola, excavar, recoveco, excavación.



Palabras agudas, llanas y esdrújulas

En castellano existen unas reglas generales de acentuación que nos permiten conocer que palabras deben llevar tilde (es decir, van acentuadas en la escritura).
Para ello, hay que comenzar por distinguir entre sílabas átonas y sílabas tónicas:
En cualquier palabra, independientemente de que se acentúe en la escritura o no, una de sus sílabas se pronuncia con mayor intensidad (sílaba tónica) que las demás (sílabas átonas).
En el siguiente cuadro marcamos con rojo las sílabas tónicas:
Caballo
Pilotar
Perejil
Merluza
Venica
.
En función de qué lugar ocupa en la palabra esta sílaba tónica, podemos distinguir entre:
Palabras agudas: el acento recae sobre la última sílaba de la palabra.
Madrid
Timón
Pared
Pantalón
Pincel
.
Palabras llanas: el acento recae sobre la penúltima sílaba de la palabra.
Maleta
Playa
Campana
liz
rez
.
Palabras esdrújulas: el acento recae sobre la antepenúltima sílaba de la palabra.
Pasito
jaro
mara
caro
gico

Los hiatos

Un hiato es la secuencia de dos vocales que no se pronuncian dentro de una misma sílaba, sino que forman parte de sílabas consecutivas. Ejemplos de hiatos son: te  - a  - tro, vi  - gí  - a, 
a  - é  - re  - o, ve  - o, sa  - lí  - as.

A efectos ortográficos, existen tres clases de hiatos, según el tipo de vocales que están en contacto:


1.     Combinación de dos vocales iguales: Saavedra, dehesa, chiita, duunviro.

2.     Vocal abierta + vocal abierta distintas: caen, ahogo, teatro, meollo, héroe, coartada.

3.     Vocal abierta átona + vocal cerrada tónica o viceversa: caímos, día, aúllan, púa, reís, líe, reúnen.

(Son también hiatos de este tipo los que afectan a las sucesiones de tres o cuatro vocales, siempre que sea tónica una cerrada. Ejemplos: sa  - lí - ais,  ca - í - ais).
  
Las palabras con hiato se acentúan de acuerdo con lo siguiente:


Orientación de uso
Ejemplos

Hiatos formados por dos vocales iguales o por vocal abierta (a, e, o) + vocal abierta llevan tilde de acuerdo a la orientación de usos generales de la acentuación de las palabras agudas, llanas o graves y esdrújulas, tanto si alguna de las vocales es tónica como si ambas son átonas.

Una de las dos vocales es tónica: caótico, bacalao, aldea, Jaén, toalla, león, poeta, zoólogo, poseer.

Las dos vocales son átonas: acreedor, traerán, coordinar, línea, acarreador, arbóreo.


Hiatos formados por vocal abierta (a, e, o) átona + vocal cerrada (i, u) tónica, llevan tilde, independientemente que lo exijan o no las reglas generales de la acentuación ortográfica.


País, caía, raíz, Caín, reír, increíble, reía, heroína, baúl, ataúd.

Hiatos formados por vocal cerrada (i, u) tónica + vocal abierta (a, e, o) átona llevan tilde, independientemente de que lo exijan o no las reglas generales de la acentuación ortográfica.


Desvarío, día, sonríe, mío, río, insinúan, dúo, acentúo, elegíaco.

La h intercalada entre dos vocales no implica que estas formen un hiato (ver diptongos). Tampoco impide que el hiato con h intercalada lleve tilde si es preciso.


Vahído, ahínco, búho, prohíben, vehículo, turbohélice.


Los diptongos

Un diptongo es la unión de dos vocales en una misma sílaba, fonéticamente en un diptongo los formantes principales de las dos vocales en contacto tienen una transición suave desde una vocal a la otra, lo que les da su naturaleza de diptongos.
Cuando se combina una vocal abierta (a, e, o) con una cerrada (i, u), o viceversa. La cerrada no debe ser tónica.
La calidad de las vocales que pueden formar diptongo varían de una lengua a otra. Así en español general sólo pueden formarse diptongos entre dos vocales sin otra restricción de que una de ellas sea débil, sin importar el orden. Ejemplos de diptongos: aire, auto, pierna. En cambio, en otras lenguas románicas como el italiano sólo forman diptongo dos vocales cuando la segunda de ellas es débil, pero no forman diptongo palabras como socie que en italiano tiene cuatro sílabas, mientras que en español tiene sólo tres. En latín tardío /ae/ y /oe/ podían formar diptongo.

Tipos de diptongos en español

Formados por dos vocales cerradas diferentes [Estos diptongos, llamados diptongos homogéneos, estarían formados por la unión de las dos vocales cerradas (i, u):

[iu] como en ciudadciu-dad
[ui] como en buitrebui-tre
[uy] o [uy] como en muymuy
Formados por una vocal abierta y una cerrada

Al unirse una fuerte (e, a, o) y una débil (i, u), siempre y cuando la débil no sea tónica (p.ej. Caín), se forma un diptongo. (Los términos "fuerte" o "débil" aluden a la posición de los órganos articulatorios.) Dependiendo de la secuencia de las vocales en la sílaba, se puede hablar de dos subtipos de diptongos:

  • Diptongos decrecientes o descendentes: formados por una primera vocal fuerte y una segunda débil. En este diptongo los órganos articulatorios pasan de una posición abierta a otra cerrada.
[e̞i̯] como en peinepei-ne
[a̠i̯] como en paisajepai-sa-je
[o̞i̯] como en androidean-droi-de
[e̞u̯] como en feudofeu-do
Diptongos crecientes o ascendentes: formados por una primera vocal débil y una segunda fuerte. En este caso los órganos articulatorios pasan de una posición cerrada a otra abierta.
[ie̞] como en tierratie-rra
[ia̠] como en suciasu-cia
[io̞] como en piojopio-jo
[ue) como en puertapuer-ta
[ua] como en recuare-cua
[uo̞] como en residuore-si-duo

"La literatura está siendo arrinconada”

Francisco Rodríguez Adrados tiene 90 años y la energía de un becario. En noviembre recibió el Premio Nacional de las Letras y en marzo viajó a Grecia para dictar la conferencia inaugural del congreso de historia de la lengua griega; los jueves acude a la Real Academia Española y los viernes a la de la Historia, de las que es miembro.
Si se piensa que Adrados ha escrito en la última década libros como El reloj de la historia (Homo sapiens, Grecia Antigua y Mundo Moderno), Nueva historia de la democracia o Historias de las lenguas de Europa se entiende la amplitud de intereses de este sabio nacido en Salamanca en 1922. En su opinión, el “núcleo central” de la literatura universal está en el “corredor” que forman Egipto, Oriente próximo, Grecia, Roma, la Edad Media europea y las literaturas europeas y americanas modernas. Pero matiza: “Ese ‘río’ no es el único en el mundo, pero es el que más ha influido, el más globalizado”. Catedrático emérito de Filología Griega de la Universidad Complutense, Adrados es consciente de que su manera de estudiar la literatura contrasta con la tendencia a hacerlo embalsando las aguas de ese ‘río’ en los pantanos del nacionalismo decimonónico: “Es imposible dominarlo todo, pero está claro que la literatura occidental tiene una fuente común: la oralidad”.
La épica, la lírica y la literatura sapiencial son los tres géneros esenciales desde Sumeria, un “agregado de ciudades” cuyo idioma fue la lengua culta del Próximo Oriente -“como el latín en la Edad Media”- y cuya literatura –con el Poema de Gilgames como cumbre- contiene ya muchos temas aún vigentes: del origen del mundo al amor pasando por las fábulas (campo en el que Adrados es una autoridad mundial). Hace 40 años se publicó su pionero estudio Fiesta, comedia y tragedia –enseguida traducido al inglés-, y algunas de sus ideas vuelven a recorrer ahora El río de la literatura. Sobre todo la central: si el origen de la literatura es oral, el origen de la oralidad es la fiesta: “En ella se mezclaban imitaciones, ritos y deporte”. La palabra, insiste, iba acompañada de música y danza. “Lo del autor encerrado en su despacho destilando sus sentimientos es muy posterior, aunque hubiera un Ahikar asirio, un Ptahhotel egipcio o un Homero griego (si es un nombre real). En la fiesta el sentimiento es de todos. Es difícil de entender con la sacralización actual de la autoría y de la originalidad, pero es así”. Según su autor, El río de la literatura trata de contextualizar piezas que hemos conocido aisladas: “Cuando hablamos de literatura oral con poemas, fábulas o representaciones dramáticas, desgajamos esa pieza del entorno en que nació. Es inevitable pero empobrecedor, como si arrancásemos una escultura de la fachada de una catedral y la viéramos aislada en un museo”.
Para este helenista que recuerda su primer viaje a Grecia en 1953, la cultura griega es el gran hito por lo que tiene de resumen de lo anterior –Egipto, Sumeria- y de vanguardia: “La literatura occidental es como una carrera ciclista. Avanza en grupo pero a veces alguno salta del pelotón: esos que saltan son los griegos. Ellos inventaron el individuo humano. En el comienzo de la Ilíada se ve cómo a Agamenón le dicen todas las verdades en asamblea, como si fuera el parlamento de aquí. Aquello asustaba a la gente. Tanto que la palabra democracia estaba prohibida en la Edad Media”.
Según el profesor Adrados, no solo los argumentos y los géneros de la literatura son constantes, también lo son sus ciclos. Por eso subraya el paralelismo entre la Antigüedad y el Medievo: al origen oral le siguió un esplendor de la escritura que terminó en decadencia (“cae el imperio romano, se rompen las comunicaciones, las lenguas vernáculas se imponen al latín, desaparece la gran tragedia, los cristianos vetan los géneros eróticos…”). La Edad Media empezó con la oralidad popular y rehizo el mismo camino. “Parecía que de tanto avanzar se había llegado al comienzo”, resume Adrados. “Se dio una terrible estratificación social. La alta literatura se refugió en las bibliotecas. La gente común no leía, le bastaba con la Historia Sagrada esculpida en los templos”.
Vista la actualidad de un resumen así, ¿vivimos una nueva Edad Media? “No quiero ponerme fúnebre”, responde Rodríguez Adrados. “Se siguen haciendo grandes librotes, pero el influjo de los medios electrónicos ha acostumbrado a la gente a mensajes pequeños, más concentrados, tal vez más frívolos. La literatura nace de la fiesta, pero ahora siempre es fiesta. En la fiesta usted se viste de otra manera, come y bebe de otra manera, puede hacer bromas sobre el vecino.... La fiesta era un descanso y una liberación. Ahora, como decía Larra, todos los días son carnaval. Ese chisme [dice señalando al televisor] es pura fiesta. La literatura era fiesta y ayudaba a vivir; ahora la literatura está siendo arrinconada”.
Adrados asume que el libro “se enfrenta hoy a la competencia de medios que requieren menos esfuerzo”, pero su conocimiento del pasado le impide ser lapidario respecto al futuro: “Tal vez vivamos una decadencia desde el punto de vista de la literatura antigua, pero puede nacer otra gran literatura. Antes la literatura popular era para las masas y la culta, para gente con cierta formación. Hoy la culta podría llegar a todos pero los niveles de enseñanza han bajado. Eso es lo preocupante”. La escritura no acabó con la oralidad ni la imagen con la escritura, recuerda. “La Iglesia se carga el teatro pero renace al cabo de los siglos; la épica había desaparecido y en el XIX resucita en cierta novelística, en Gogol, por ejemplo. La naturaleza humana es muy fuerte. Todo lo que prohibieron los cristianos –las instituciones políticas libres, los baños, el desnudo, el deporte- volvió al cabo de mil años. Ahí están”.

martes, 7 de mayo de 2013

Diálogo con una amiga

Esta mañana estaba en el metro, cuando de repente me he encontrado a Lucía, una amiga que hacía años que no veía y hemos tenido esta conversación:
Yo: - ¡Lucía! ¿Qué tal estás?, ¡cuánto tiempo llevo sin verte!
Lucía: - ¡Belén! ¡Qué alegría verte!, pues todo me va muy bien, acabo de salir ahora mismo de la universidad. ¿Qué tal estás tu?
Yo: - Pues a mi también me va todo genial, en esta época estoy un poco agobiada porque empiezo con los exámenes pero bueno por lo general todo bien. Por cierto ¿qué carrera estás estudiando?
Lucía: - Pues estoy estudiando Derecho en la Universidad Rey Juan Carlos, y la verdad que yo también estoy agobiada con los exámenes, que empiezo con ellos la semana que viene. Y tu ¿qué carrera estabas estudiando?
Yo:- Yo estudio Magisterio en el Ces Don Bosco, y estoy muy contenta porque cada año que pasa me gusta más mi carrera.
Lucía: - Me alegro mucho de que estés contenta, porque al fin y al cabo te vas a pasar una gran parte de tu vida dedicada a eso. Yo también estoy muy a gusto en Derecho, espero poder ser una buena abogada en el futuro.
Yo:- Estoy segura que lo serás. Desde pequeñita ya valías para ello.
Lucía: - ¡Gracias! Seguro que tu también serás una excelente profesora, por cierto ¿Tienes pensado algún plan para el fin de semana?
Yo:- No, este fin de semana lo tengo libre, ¿por qué?
Lucía: - ¡Ah genial! Lo decía porque voy a celebrar una fiesta en mi casa el sábado por la noche y me encantaría que vinieses.
Yo:- ¡Claro que sí! Iré encantada
Lucía:- ¡Perfecto! Pues nos vemos el sábado en mi casa, toma te apunto la dirección en este papel que llevo guardado en el bolso.
Yo:- Muchas gracias Lucía, el sábado te veré en la fiesta sin falta.
Lucia:- Muy bien !hasta el sábado!